More
    HomeMUNDOExpresidente colombiano, Andrés Pastrana, aparece en la lista de de involucrados con...

    Expresidente colombiano, Andrés Pastrana, aparece en la lista de de involucrados con el pedófilo Jeffrey Epstein

    en Estados Unidos desclasificaron y publicaron documentos de la lista de involucrados con el pedófilo Jeffrey Epstein, en la cual aparece por primera vez de forma oficial el nombre del expresidente colombiano, Andrés Pastrana, quien ya había sido relacionado con la red de tráfico sexual de menores del estadounidense.
    La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, publicó este jueves un paquete de documentos de los archivos de Jeffrey Epstein que ya eran conocidos y no sacian el interés por saber quiénes eran sus cómplices.
    Después de haber creado expectativas con la publicación de estos documentos, Bondi reconoció hoy en un comunicado que “la primera fase de los archivos desclasificados contiene en gran medida documentos que habían sido filtrados previamente, pero que nunca fueron publicados de manera oficial por el Gobierno”.

    Estos archivos fueron filtrados en 2020 por el grupo de “hackers” denominado “Anonymous” en redes sociales con famosos que habrían asistido a las reuniones hechas por Epstein en una isla privada y allí habrían tenido encuentros íntimos con menores, sin embargo, hasta este jueves la lista fue confirmada por el gobierno estadounidense, afirmando que los nombres que allí aparecen tendrían que ver con contactos y aquellas personas que se montaron en el avión del magnate durante un periodo de varios años.
    De esta forma, el pasado 3 de enero de 2024 se hizo pública otra lista de los presuntos invitados y asistentes a las fiestas y reuniones que hacía el empresario estadounidense. Y en ese momento se revivió la polémica con Andrés Pastrana porque presuntamente habría asistido a la isla del mencionado empresario.
    En ese momento, Pastrana admitió haber viajado en el avión de Epstein “Lolita Express” -que era usado para transportar menores de edad- en dos ocasiones porque se dirigían hacia Cuba, donde ambos tendrían una reunión con el expresidente cubano Fidel Castro luego de recibir una invitación del mismo.
    El exmandatario colombiano habría volado por primera vez el 20 de marzo de 2003 de Teteboro (Nueva Jersey) a Palm Beach, Miami (donde Epstein poseía una propiedad donde prostituía a menores de edad); y el otro el 21 de marzo hacia Lynden Pindling, aeródromo de las Bahamas, una escala en su viaje a Cuba.
    “De ahí (Epstein) comenzó a tener relación conmigo, pero nunca (fuimos) ni de fiestas, de absolutamente nada, sino simplemente un día me dijo que quería conocer a Fidel Castro y yo le digo que hay la posibilidad de ir a Cuba. Fue una reunión muy larga y Fidel Castro tuvo una conversación larguísima con él sobre unos temas que ni yo conocía”, explicó Pastrana tras la primera filtración del listado donde su nombre aparecía.
    Andrés Pastrana se une oficialmente a la lista de expresidentes que se relacionaron con Jeffrey Epstein
    La fiscal general, Pam Bondi, ha exigido al FBI que le entregue la totalidad de documentos este viernes a primera hora.

    Con este anuncio, el Post deja de ser un medio de comunicación y se convierte, ya sin tapujos, en una plataforma propagandística al servicio del magnate. El mensaje general es mucho más ominoso: al anular al consejo editorial de un medio que hasta ayer se presentaba como independiente e imparcial, Bezos cerró de golpe la posibilidad de conciliar los intereses empresariales con la labor periodística. Aunque terrible, este desenlace no es sorpresivo, sino que culmina el largo declive de los medios tradicionales de Estados Unidos, cuya credibilidad se erosionó conforme se estrechó su dependencia hacia el poder político y económico. El propio PostThe New York Times, CNN y otros medios globales que se presumen referentes de la prensa como contrapeso al poder han sido vehículos de difusión de mentiras creadas por Washington, desde las inexistentes armas de destrucción masiva en Irak, hasta la campaña sostenida contra el gobierno mexicano a partir de 2019.

    Además del viejo deseo de Donald Trump de acabar con toda voz disidente, se consuma la irrupción de los grandes capitales en el control de los medios. Este proceso se remonta a la década de 1980, cuando millonarios a título individual, fondos de inversión y otras figuras adquirieron y concentraron periódicos, estaciones de radio y canales de televisión, pervirtiendo el sentido de utilidad de la información y el trabajo periodístico, que pasaron a tratarse como mercancías cuyo propósito principal –a veces, único– es generar ganancias a los propietarios y accionistas. Al producir noticias y opiniones bajo la lógica de mercado, la veracidad es avasallada por la rentabilidad y la relación social entre periodistas y lectores es degradada a una transacción mercantil.

    Los daños a la libertad de prensa se aceleraron cuando apareció en escena la actual generación de ultrarricos que amasó su fortuna en torno a Internet, entre quienes se cuentan el propio Bezos, Mark Zuckerberg y Elon Musk; estos últimos, dueños de todas las redes sociales de relevancia global, con la excepción de la china TikTok. No es casualidad que quienes controlan los algoritmos con los cuales se determina qué información llega al público, qué temas son relevantes, cuáles son las opiniones válidas y quienes tienen derecho a expresarse, embistan de manera directa contra el equilibrio, la pluralidad, el compromiso con el público y otros valores periodísticos para poner en su lugar el pensamiento único. Tras casi medio siglo de declive de los medios y normalización de las letras mercenarias, es inevitable preguntarse si habrá suficiente sociedad para defender al Post y sus trabajadores de su propietario; lamentablemente, todo indica que no.

    Llama la atención que Bezos asegure que hoy Internet hace el trabajo de llevar la diversidad ideológica a los ciudadanos, pues no se puede ignorar que la red (en gran medida controlada por él a través de Amazon Web Services) ha perdido su neutralidad debido al abrumador porcentaje de tiempo que el internauta promedio pasa en sólo un puñado de sitios, cada uno de ellos manejado con criterios idénticos a los que acaba de imponer al periódico fundado en 1877. Ya nadie puede llamarse a engaño: los oligarcas que gastaron miles de millones de dólares para sentar a Trump en la Oficina Oval están operando junto con el mandatario para sustituir la información por un discurso que enaltece el egoísmo, la concentración ilimitada de la riqueza, la destrucción de los derechos sociales, la irresponsabilidad ante el medio ambiente y la ley de la jungla en la escena internacional.

    Para imponer su distopía fascista, los magnates necesitan matar la verdad, el disenso, el debate y la inteligencia. Y eso están haciendo.

    La Jornada

    Must Read

    spot_img