Amylkar D. Acosta M1

De acuerdo con la Resolución 4-0666 del 20 de agosto de 2019 del Ministerio
de Minas y Energía, a partir del día de hoy 1 de septiembre el porcentaje de
mezcla del aceite de palma con el diésel – motor (BIODIESEL) pasará del 10%
(B-10) al 12 % (B-12). A mayor porcentaje de esta mezcla mayor es la
oxigenación del combustible y en la misma proporción se reducirán las
emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y de material particulado, a
consecuencia de la combustión de los motores de los vehículos, las que
contaminan la atmósfera con graves consecuencias para la salud y el medio
ambiente.
Como bien es sabido, los 400.000 camiones que circulan en el territorio
nacional dotados de motores de ciclo diésel emiten 28.2 millones de toneladas
de CO2/año, agravada por la obsolescencia del parque automotor, toda vez
que el 46% de ellos superan los 20 años de uso.
1 Miembro de la Junta directiva de la Federación Nacional de Biocombustibles
2
Según lo señaló Carlos Graterón, Director técnico de la Federación Nacional de
Biocombustibles, de cuya Junta directiva hago parte, “con este nuevo
porcentaje se estima que el sector transporte reducirá en al menos tres
millones de toneladas de CO2 sus emisiones a la atmósfera este año,
contribuyendo contundentemente a las metas del Estado de reducción de
emisiones del 20% de GEI. Esta acción equivale a un 30% de la meta de
reducción del sector transporte”.
Es de anotar que el uso de los biocombustibles en Colombia data desde el año
2005, cuando se empezó a implementar mi Ley 693 de 2001, que estableció la
obligación de mezclar un porcentaje de etanol a la gasolina – motor de ciclo
Otto, que hoy está en el 10% (E-10), a la espera de que, al igual que lo hace
Brasil, en donde el porcentaje de la mezcla obligatoria es del 24% (E-24), en
Colombia se eleve ese porcentaje.
Huelga decir que los biocombustibles, B-12 y E-10, además del beneficio
ambiental, contribuyen a la seguridad energética del país, han permitido la
ampliación de la frontera agrícola, por cuenta de las hectáreas cultivadas de
palma africana y caña de azúcar, que producen la materia prima para la
refinación del aceite y el etanol, generando de paso oportunidades de empleo
formal e ingresos en el campo colombiano, en donde más se necesitan.
Bogotá, septiembre 1 de 2019
www.amylkaracosta.net

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