Diego Otero Prada

Presidente Asociación Colombiana de Economía Crítica-ACECRI

Miembro de número de la Academia de Ciencia Económicas-ACCE

Lo que ha ocurrido en Bogotá como en Colombia se ha desconocido por el gobierno local y nacional y por supuestos analistas, en el sentido de no reconocer que desde el 5 de octubre de 2020 estamos en la segunda ola. Es curiosos, se pasó de los pronósticos alarmistas del comienzo de la pandemia, en que hablaban de millones de contagiados y de miles de muertes, a una actitud más prudente, y, últimamente, de tapar lo que en realidad ocurre.

   Tal vez ha sido un cambio de propaganda para dar a entender a la población que aquí se ha manejado muy bien el Covid-19, por lo cual no convenía dar noticias sobre una segunda ola porque esto iba en contravía de la propaganda oficial de que Colombia estaba manejando muy bien la pandemia, cuando las cifras decían lo contrario.

  En el grafico 1 se muestra la evolución del coronavirus en Bogotá del 9 de marzo al 29 de diciembre de 2020, para los casos diarios, los absolutos y los suavizados por un promedio móvil de siete días. Allí se ve claramente que la primera ola, que comenzó en marzo, llegó al pico el 18 de agosto con 4318 casos diarios, seguido por un período de decrecimiento hasta que se llegó a un mínimo 1508 casos diarios el día 4 de octubre, configurándose así la primera ola.

   Del 5 de octubre en adelante, hasta el 29 de diciembre, comienza la segunda ola, de gran volatilidad, compuesta por tres ciclos de aumento y descenso en los casos diarios. Viene un primer ciclo del 5 al 16 de octubre, que termina con un mínimo de 1319 casos, por debajo del alcanzado en la primera ola.

   Del 17 de octubre al 21 de noviembre se tiene un segundo ciclo que culmina con un mínimo de 1554 casos diarios.

  Por último, del 22 de noviembre se comienza la parte ascendente del tercer ciclo, con una fase creciente que alcanzó 3759 casos el 29 de diciembre, aún por debajo del pico de la primera ola, pero no se sabe si aumentarán o disminuirán los infectados diarios en los próximos días.

   En conclusión, vista la evolución del Covid-19 en Bogotá, es evidente que desde el 5 de octubre comenzó la segunda ola, que ha sido fuertemente volátil, pero cuya tendencia ha sido la del aumento de los casos diarios. No puede hablarse en ninguna forma de meseta, excepto por un período muy corto de tiempo en octubre en que los casos diarios oscilaron alrededor de 1800 y otro en diciembre en que variaron cerca de 2000, pero la tendencia global ha sido creciente, correspondiente a una segunda ola.

    La pregunta es qué sigue. Como siempre, es muy difícil de contestar ante tantas variables que juegan en la evolución del Covid-19. Hay solo posibilidades.

  Hay variables que influyen negativamente en la dinámica, como son las aglomeraciones por las fiestas, la falta de pruebas suficientes y el seguimiento de los congestionados que no se hace en Colombia, y los tratamientos para disminuir las muertes. Los factores positivos se localizan en la disciplina social y en que a medida que pasa el tiempo más personas han sido contagiadas y, por lo tanto, la probabilidad de infectarse disminuye, es decir, como si se fuera dando una inmunidad de rebaño. El INS informó que en Bogotá el 30,0% de la población ha adquirido el virus.

  Fechas peligrosas para aumentar los contagios son el día de las velitas, las novenas, el 24 de diciembre, el 31 de diciembre y el 6 de enero. Por lo tanto, dado que el período de incubación del virus va de 5 a 15 días, es de esperar que hasta finales de enero el virus seguirá rondando con fuerza y que los casos diarios aumenten o no caigan por debajo de 2000 en Bogotá, como sería lo deseable.

   Como siempre, hacer pronósticos del Covid-19 es muy peligroso, porque la probabilidad de equivocarse es muy grande.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here