Julián Sabogal Tamayo (Miembro de Número de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas, Socio Fundador de la Asociación Colombiana de Economía Crítica)

Existe un foro internacional, poco conocido en nuestro medio, llamado Foro Económico Internacional de San Petersburgo. En este mes de junio tuvo lugar la versión número XXVI del foro, con la participación de más de 17.000 invitados de 130 países y territorios, con el tema central de Desarrollo soberano, la base de un mundo justo. Unamos esfuerzos por el bien de las generaciones futuras. Esta es la contraparte del Foro de Davos.

El discurso central del Foro fue pronunciado por el presidente de Rusia, Vladimir Vladimirovich Putin. Quiero destacar aquí un aspecto de mucha actualidad, planteado en el discurso, relacionado con el incremento de los precios, sobre todo de los alimentos y materias primas, en el mundo. Lo que nosotros conocemos, por la prensa de occidente, repetida en Colombia, es que esa subida de precios se debe a la guerra de Rusia con Ucrania. Putin plantea otra versión del asunto, que parece más verosímil. Primero reconoce que Rusia no cuenta con el poder suficiente para influir en la economía mundial. Y aporta los siguientes datos monetarios: en los últimos dos años, la oferta monetaria en los Estados Unidos se aumentó en más del 38 por ciento, que son 5,9 billones (millones de millones) de dólares; esto es más que el PIB de la mayor parte de los países del mundo. Por su parte, la Unión Europea aumentó el volumen del circulante en un 20 por ciento, 2,5 billones de euros.

Este nuevo volumen de papel moneda circulante provocó una demanda mundial que se ha expresado en subida de precios. Esta subida de precios, a causa del aumento de circulante sin que aumente la producción de mercancías, es realmente inflación; no lo sería si el dólar fuera convertible en oro. La ortodoxia económica considera inflación a toda subida de precios. Para el marxismo una subida de precios puede tener otras causas (distintas al aumento de circulante) por ejemplo, el aumento del valor, es decir, aumento de la cantidad de trabajo necesario para la producción. Para la ortodoxia no existe diferencia entre valor y precio.

En los acuerdos de Bretton Woods, en 1944, cuando Estados Unidos impuso su moneda nacional como moneda mundial, el dólar era convertible en oro; en ese momento se estableció un cambio de 35 dólares por onza de oro. Luego en 1971, a causa del déficit del país, fue anulada la convertibilidad del dólar; es decir, la cantidad de dólares que se fueron a Europa por el Plan Marshall se convirtieron en simple papel, lo mismo que las reservas de todos los países.

La economía de Estados Unidos tiene varias amenazas, una de ellas. Una de ellas está en el hecho de que muchos países abandonan el uso del dólar en su comercio internacional y lo remplazan por monedas nacionales. Como ejemplo podemos ver el comercio entre Rusia y China; Brasil y China comercian en yuanes (moneda china); Argentina y Brasil empiezan a comerciar en monedas nacionales.

Otro problema es la deuda pública de Estados Unidos que es alrededor de 130% del PIB; el país recientemente estuvo a punto de entrar en cese de pagos, default.

Pero, tal vez la mayor amenaza para Estados Unidos es el Acuerdo BRICS. Iniciado el siglo XXI, se empezó a hablar de países emergentes. En 2001, el economista británico Jim O’Neil habló de cuatro países, Brasil, Rusia, India y China, en esa categoría. Se dijo entonces que alrededor de 2050 estos países llegarían a ser los más desarrollados del mundo, particularmente China. El grupo fue denominado BRIC, por las iniciales de cada nombre. La creación formal del grupo tuvo lugar el 16 de junio de 2009, en la primera cumbre de jefes de estado y de gobierno de los cuatro países en la ciudad rusa de Ekaterimburgo; fueron ellos: Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil, Dimitri Anatolievich Medvedev de Rusia, Manmohan Singh de India y Hu Jintao de China. En 2010 se sumó Sudáfrica y el grupo pasó a llamarse BRICS.

En este momento el BRICS ya tiene cerca de la mitad de la población del planeta y un producto mayor que los países del G7. Además, cuenta con su propio banco: Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS, cuya presidenta es la expresidenta brasileña Dilma Rousseff, con sede central en Shangai, China. Un propósito fundamental del grupo, en este momento, es la creación de una moneda común.

Otros veinticinco países han pedido ingreso al grupo, son ellos: Arabia Saudita, Argelia, Argentina, Afganistán, Bangladés, Bahréin, Bielorrusia, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Indonesia, Kazajstán, México, Nicaragua, Nigeria, Pakistán, Senegal, Siria, Sudán, Tailandia, Túnez, Turquía, Uruguay, Venezuela, y Zimbabue.

Cuando el grupo cuente con los 30 países, se habrá creado el grupo de países más poderoso del planeta. Tendrá cerca de cinco mil millones de habitantes, más del 60% de la población del mundo y un PIB aproximado de 52 billones de dólares, es decir, un 54% del Producto del mundo. Esto es posible que suceda pronto.

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