En Haití llevan años de protestas ininterrumpidas y la violencia callejera se acentúa en la medida en que las bandas criminales toman el control de ciudades y comunidades, crisis estructural que no es nueva pero que se acentuó desde el magnicidio de Jovenel Moïse, planificado en Florida y perpetrado por mano de obra colombiana. 

¿Cuál es el motivo de las protestas actuales? Además de la hambruna, la ingobernabilidad y la inseguridad, los haitianos también marchan en contra de la intervención extranjera de su país.

Y es que las intervenciones extranjeras siempre han sido las «soluciones» de acuerdo a los gobernantes tutoreados por Estados Unidos. Eso lo saben bien sus habitantes de principios del siglo, y sobre todo, los que fueron víctimas de las tropas estadounidenses y de la ONU en 2004, cuando fueron a imponer «orden» y terminaron masacrando y abusando sexualmente de la población. También ocurrió en 2010 cuando miembros del personal de mantenimiento de la paz de la ONU provocaron un brote de cólera que mató a 10 mil personas.

Recientemente, la ONU pidió la intervención militar en Haití. Maniobra que, según algunos, no es para luchar contra las bandas, sino para reprimir y acabar con cualquier tipo de iniciativa que rompa el círculo vicioso de tutoría y saqueo.

Las revueltas de esta semana dejaron al menos una persona muerta y varias heridas. El motivo principal de la protesta fue contra la «ayuda» militar extranjera, pero también exigían la renuncia del primer ministro respaldado por Estados Unidos, Ariel Henry.

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