Diego Otero Prada

La crisis del coronavirus es la crisis del modelo neoliberal de recortes al bienestar social y de privatización de la salud, la educación, la vivienda, las pensiones, la investigación, la infraestructura y del ataque a los trabajadores y empleados.

Se ha desmantelado el sistema de salud pública y mírense las consecuencias. En Italia se acabó la salud pública, que era gratuita, y de buen nivel. Y en esto no solamente tienen la responsabilidad los gobiernos de derecha sino también los socialdemócratas europeos que se volvieron neoliberales.

En Colombia pasó lo mismo a partir de 1991 cuando se introdujeron las reformas neoliberales para desmantelar al estado. Se privatizó la salud, se redujeron los gastos, no hay hospitales en buenas condiciones. Los hospitales públicos carecen de todo, de equipamiento adecuado, de camas, faltan médicos, enfermeras, técnicos, tecnólogos, miren el San Juan de Dios en Bogotá y así muchos hospitales municipales. Pero, para desgracia, se politizaron, los gerentes son nombrados por los políticos.

Fracasaron los ortodoxos, son responsables del desastre actual. Hay que deshacerse de esos expertos neoliberales porque, de lo contrario, no se saldrá de esta crisis y de lo que viene. Adios a esos tanques neoliberales de Anif y Fedesarrollo, de facultades de economía como las de las universidades de los Andes, el Rosario y aún de la Universidad Nacional y de muchas que se atragantaron con el dogma neoliberal. Qué daño le han hecho al país.

Hay que acabar con todos los dogmas en este momento. Se necesita gastar para mejorar rápidamente el sistema de salud, para ayudar a los colombianos, a los desempleados que van a aumentar, para las pequeñas y medianas empresa en dificultades. Se requiere un plan de muchos billones de pesos, de por lo menos 50 billones. No es momento para pensar en déficit fiscales y que no podemos endeudarnos o que va a aumentar la inflación.

El plan económico presentado por el gobierno no va al fondo de los problemas, es insuficiente, no considera al ciudadano, a las personas, a los informales, a los independientes, a las empleadas domésticas, a los vendedores ambulantes. Es un programa irrisorio, es un plan para que millones de colombianos caigan en la miseria, tantos los pobres como los de las clases medias. Le falta imaginación y solidaridad. Que puede esperarse de ese señor Carrasquilla, que uno entiende por qué sigue de Ministro de Hacienda.

Es la vida de los colombianos, es el bienestar, es impedir que la gente sufra y muera de hambre, en lugar del coronavirus. Ante esto hay que echar abajo todos los dogmas neoliberales.

Por supuesto, esta clase dirigente colombiana, política, económica y gremial, no entiende, sigue aferrada a mitos que ya han mostrado su inutilidad.

Hay que rechazar a toda esta intelectualidad enemiga de los pueblos, que solamente piensa en los ricos y en las grandes empresas, en sus beneficios. Miren lo que pasa con los aeropuertos privatizados, con los servicios públicos.

En estas horas hay que suspender los pagos de los servicios públicos, la atención de la salud debe ser gratuita, hay que volver al estado, a renacionalizar los servicios públicos, salud gratuita para todos los colombianos por el estado.

Se acabó el paradigma neoliberal. Al contrario de los que dijo Reagan, ahora el estado es la solución y el problema son los economistas ortodoxos.

Llegó la hora del cambio. Sí hay alternativas.  Como decía un filósofo, se trata de socialismo o barbarie.