Hace veinte años Estados Unidos e Inglaterra, USAUK, cometieron una de esas canalladas de occidente que extiende su ignominia neocolonialista, tal como la guerra del opio. Sabiendo que ni había armas de destrucción masiva, ni Saddam Hussein había tenido algo que ver con 9/11, los asesores del incompetente Bush, Cheney, Rumsfeld y Rice, lo impulsaron a superar al papa llegando a Bagdad y asegurando la oferta de petróleo. Y así porque si (porque might is right) destruyeron un país, pulverizando su infraestructura y economía; generando al menos 5’ de víctimas entre muertos, heridos y desplazados (toda la comunidad cristiana); y desencadenando un caos del que el país no sale. Con que cara celebran la acusación de la CPI contra Putin por un supuesto crimen, interpretando como secuestro lo que fue sacar a unos huérfanos de Kherson quienes estaba siendo bombardeada inclemente por Kiev. Pero nosotros los anglosajones somos los buenos y esas razas inferiores como los árabes, los eslavos (y los africanos tan frecuentemente juzgados por la CPI) son los malos. Como decía Albright (otra criminal de guerra para quien haber matado 500 mil niños en Iraq valió la pena), podemos usar la violencia bien porque tenemos la visión superior y somos imprescindibles
La historia se repite en Ucrania que está siendo usada, luchando hasta el último ucraniano, para debilitar a Rusia, siendo que quedará destruida como Iraq. Con la ventaja para los imperialistas anglosajones de que tienen el más absoluto apoyo de la llamada comunidad internacional (o sea G7), el cual les resulta a ellos suficiente para ocultar que la mayoría del resto del mundo no apoya la agresión de OTAN contra Rusia.
La guerra en Ucrania no tiene nada que ver con democracia y libertad en ese país, las cuales son inexistentes. Como lo han anunciado repetidamente los funcionarios americanos, y fue estratégicamente diseñando por la Rand Corporation, el objetivo es debilitar a Rusia para mantener el hegemonismo unipolar americano, o sea los dos siglos y medio de imperialismo anglosajón. Así será usada también Taiwán contra China porque USA no admite competencia, sino que impone sumisión. Pero la realidad de la multipolaridad se está imponiendo e incluso la guerra en Ucrania la ha fortalecido con la alianza China-Rusia y el reposicionamiento económico y geopolítico de los BRIC.
Pero la agresividad anglosajona no ceja y son de nuevo ellos quienes presionan a Zelensky a no negociar (como en abril del 22 en Estambul, lo que hubiera evitado el horror de esta tragedia) y descalificar la propuesta China. Lo instan a recuperar a Crimea a sabiendas de que es imposible; pero no importan los ucranianos muertos lo que importa es que con ellos mueran rusos. Así Zelensky cae en la trampa de los rusos en Backhmut donde le dejan una sola vía para el ingreso de refuerzos, que armados por la OTAN y asesorados por la superinteligencia americana para atacarlos, continúan siendo exterminados sin sentido alguno salvo el narcisismo de Zelensky; el cual es reforzado por su presión por resultados y porque sabe que la caída de Bakhmut abre a los rusos las puertas para avanzar sobre el resto del Dombas (donde se produce el 80% del PIB ucraniano). Y ahora USA realiza maniobras con dos bombarderos B52 en el Báltico dirigidas a San Petersburgo algo tan imprudentemente agresivo como su dron espía en Crimea. Y UK envía munición de uranio empobrecido para sus tanques Challenger en Ucrania.
Iraq y Ucrania: dos ejercicios en agresividad neocolonialista anglosajona que dejan a los países involucrados destrozados. Pero al que hay que juzgar es a Putin porque la imperialista es Rusia que no tiene 800 bases por todo el mundo, no ha tumbado presidentes y asesinado lideres docenas de veces por todo el mundo y que no presiona con la amenaza de sanciones injustificadas a todo país que no siga sus instrucciones al pie de la letra. Lo intentaron con China y lo que obtuvieron fue el debilitamiento de su hegemonismo unipolar.
Ricardo Chica
Foto tomada de: El País