«No pactamos el Acuerdo de Paz con el Estado colombiano para morir asesinados, para que nos ahoguen en sangre nuestros sueños y esperanzas», dice un texto publicado por el partido FARC.

Exguerrilleros de las FARC viajan hacia Bogotá desde Medellín, Colombia, 29 de octubre de 2020.Joaquin Sarmiento / AFP

«Peregrinación por la vida y por la paz» es el nombre de la marcha con la que cientos de colombianos se movilizan hacia Bogotá, la capital del país, para exigir a el presidente Iván Duque el cumplimiento del Acuerdo de Paz firmado en 2016 entre el anterior Gobierno y las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Es la segunda marcha multitudinaria que se dirige a Bogotá en este mes. Hace pocos días estuvo la minga indígena, con más de 7.000 integrantes de pueblos originarios, que buscaban dialogar con Duque —conversación que no se concretó— para pedirle acciones para detener la violencia por la que atraviesan en sus territorios. Solo este año han sido asesinados 47 líderes indígenas, según cifras que maneja el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz).

1.- ¿Quiénes marchan ahora?

La peregrinación fue convocada por los excombatientes de las FARC, ahora miembros del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (que usa la misma sigla FARC), firmantes del Acuerdo por la Paz.

En solidaridad, a ellos se han sumado en el transcurso de los días organizaciones sociales y políticas de todo el país. Además, cuenta con el apoyo de la Oficina de la Organización de las Naciones Unidas en Colombia.

2.- ¿Qué incentivó la marcha?

La iniciativa surgió luego del asesinato, el pasado 16 de octubre en Mesetas (departamento de Meta), del exguerrillero Juan de Jesús Monroy, líder del proceso de reincorporación, conocido como ‘Albeiro Suárez’; y de su escolta, Luis Alexander Largo, llamado también ‘Yeferson Mandela’.

Marcha de excombatientes de las FARC hacia Bogotá.Twitter / @PartidoFARC

Cuando recién arrancaba la movilización, otros dos excombatientes fueron asesinados: Marcial Macías Alvarado, en Balboa, en el departamento del Cauca; y Libardo Becerra, en Yarí, San Vicente del Caguán, en Caquetá.

Con estos homicidios, se elevó a 236 el número de excombatientes asesinados desde la firma del Acuerdo de Paz cuatro años atrás, lo que aumentó el descontento entre los exguerrilleros.

Según informó la senadora por el partido FARC, Victoria Sandino, de esas víctimas fatales, a 154 exguerrilleros los han matado durante el gobierno de Duque (que inició el 7 de agosto de 2018) y 53 han ocurrido solo este año.

3.- ¿Desde dónde marchan?

La primera columna partió de Mesetas, en el Meta, el 21 de octubre, tras el entierro de Monroy y su escolta.

«Vamos en la peregrinación por la vida y por la paz de Colombia, vamos dejando atrás la mirada a la selva para caminar al centro donde se toman las decisiones institucionales para que se nos garantice la vida y se le garantice la vida a los líderes sociales», expresó el delegado del partido FARC en el Consejo Nacional de Reincorporación (CNR), Pastor Alape, uno de los organizadores de la peregrinación, apenas iniciaron la marcha.

Posteriormente, otros grupos hicieron su salida hacia Bogotá desde otros departamentos, como Santander, Bolívar, Tolima, Huila, Cauca, Valle del Cauca, Putumayo, Chocó, Cundinamarca, Norte de Santander, Magdalena, Guaviare, Arauca, Atlántico, Sucre, Cesar, La Guajira y Antioquia.

FARC pide perdón a familiares de víctimas, en una parada de la marcha, Pipiral, 29 de octubre de 2020.Fernando Vergara / AP

«Arribaremos a la capital desde los puntos más remotos de nuestra geografía nacional, desde el litoral Pacífico, la costa Caribe, los farallones del suroccidente, desde los infinitos valles del oriente, desde las tres cordilleras que hoy gritan: ‘viva la vida, viva la paz'», dice un texto publicado por el partido FARC.

4.- ¿Qué piden y qué dice el Acuerdo de Paz?

Concretamente, con esta movilización, los marchantes buscan «exigir el cese de la violencia política sistemática, la persecución y la estigmatización» contra quienes construyen la paz desde los territorios, dice una convocatoria.

Los marchantes reclaman que se cumpla con lo establecido en el punto 3 del acuerdo que establece las garantías de seguridad, especialmente a los excombatientes de las FARC, en el proceso de reintegración a la vida civil.

Entre otras cosas, ese apartado del acuerdo establece un conjunto de medidas para «crear y hacer sostenibles las condiciones de seguridad que permitan participar en política, especialmente a los exintegrantes de las FARC en proceso de reincorporación a la vida civil».

También, para «brindar protección y seguridad a todos los habitantes del territorio nacional, nuevas garantías para el ejercicio de la política a los movimientos y partidos políticos que surjan, y medidas de protección a las colectividades en los territorios»; así como «generar condiciones de seguridad que permitan la implementación de los acuerdos y la construcción de una paz estable y duradera».

Además, el Estado se comprometió a «desmantelar las organizaciones criminales y perseguir las conductas criminales que amenacen la implementación de los acuerdos y la construcción de la paz».

«No pactamos el Acuerdo de Paz con el Estado colombiano para morir asesinados, para que nos ahoguen en sangre nuestros sueños y esperanzas, no. Lo hicimos porque siempre luchamos por una salida al conflicto social y armado en que nos involucró un poder político, mezquino, represivo y arrogante», añade el texto de las FARC.

5.- ¿Cuándo llegarán a Bogotá?

Los marchantes tienen previsto arribar el próximo domingo 1 de noviembre a la capital colombiana.

Su objetivo es permanecer varios días en la urbe, haciendo una serie de actividades pacíficas, principalmente en la céntrica Plaza de Bolívar.

6.- ¿Qué ha dicho el Gobierno?

El consejero Presidencial para la Estabilización y la Consolidación, Emilio José Archila, informó que el Gobierno colombiano se mantienen dispuesto a hablar con el partido FARC para avanzar en el mejoramiento de las medidas de seguridad a sus excombatientes, ahora en proceso de reinserción a la vida social.

«No hay un teléfono que no se haya contestado ni ninguna reunión que no se haya realizado y, por el contrario, le hemos solicitado muchas veces toda la información disponible para mejorar las medidas y las investigaciones«, dijo el funcionario, el pasado lunes 26 de octubre, justamente durante la presentación de un informe de varias entidades del Gobierno sobre las medidas especiales para proteger la vida de quienes están en proceso de reincorporación.

Edgar Romero G.

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