Los cristianos blancos conservadores formaron una gran parte de la coalición republicana en 2016 Foto: Referencial/Archivo

El presidente Donald Trump perdió terreno con los cristianos blancos en Estados Unidos, según informa hoy el sitio fivethirtyeight.com, reseña Prensa Latina en su portal web.

Sin embargo, esa pérdida no fue total, como advierte un análisis de esa publicación sobre uno de los sectores que conforman la base sólida del electorado del mandatario.

Los cristianos blancos conservadores formaron una gran parte de la coalición republicana en 2016 y en los últimos meses la campaña del demócrata Joe Biden ejecutó un fuerte acercamiento a esos segmentos, luego de que algunos republicanos se alejaron del mandatario porque este no respondía a los valores tradiciones de su partido.

A pesar de las afirmaciones de Biden de que puede apelar a los protestantes evangélicos blancos, no hay realmente ningún signo de que Trump esté perdiendo apoyo entre ese grupo, señala fivethirtyeight.com.

Pero Trump –agrega- puede tener razones para preocuparse por su nivel de apoyo entre los católicos blancos porque son un grupo considerable, y se concentran en los estados del Cinturón del Óxido como Wisconsin, Michigan y Pennsylvania, considerados decisivos en las elecciones de este año.

El presidente ganó a los católicos blancos fácilmente en 2016, pero hay señales de que su influencia en este grupo está decayendo, precisa la fuente.

Eso es doblemente preocupante para el mandatario porque los cristianos blancos están disminuyendo como proporción de la población en general, sostuvo el análisis.

Trump podría estar en problemas, incluso si gana abrumadoramente a los evangélicos blancos de nuevo, subrayó fivethirtyeight.com.

A principios de este mes, Biden anunció que tenía el apoyo de un nuevo grupo de líderes evangélicos, pero esto no parece estar llegando a los votantes evangélicos blancos, que todavía están firmemente en el campo de Trump.

Según una encuesta del Centro de Investigación Pew, realizada a finales de septiembre y principios de octubre, el 78 por ciento de los votantes evangélicos blancos protestantes apoyan a Trump, mientras que sólo el 17 por ciento respalda a Biden, lo que está en línea con el apoyo a Trump en 2016.

Según la Encuesta de Valores Americanos del PRRI, efectuada en septiembre, el 79 por ciento de los probables votantes evangélicos blancos apoyan a Trump, lo que en realidad es nueve puntos porcentuales más alto que su apoyo entre este grupo en un punto, comparable con el ciclo electoral de 2016.

Por otra parte, entre los católicos blancos, otro grupo demográfico religioso importante, pero a menudo pasado por alto, el gobernante parece haber perdido una cantidad significativa de apoyo. En 2016, ganó el 60 por ciento del espaldarazo de los católicos blancos, según las encuestas de salida. Es más o menos lo que Trump estaba encuestando a finales de julio y principios de agosto, según Pew.

Pero entre agosto y octubre, su apoyo cayó al 52 por ciento, mientras que el de Biden subió un poco, reduciendo el margen general de Trump entre los católicos blancos en 11 puntos.

Una encuesta reciente del PRRI informó que en realidad era Biden quien tenía el apoyo mayoritario (54 por ciento) entre los probables votantes católicos, mientras que Trump sólo contaba con un 41 por ciento de apoyo de este grupo.

Señaló fivethirtyeight.com que de cualquier manera, esas encuestas ponen al gobernante en una posición precaria, dado lo crucial que puede ser el apoyo de los católicos blancos para sus perspectivas de reelección.

Este grupo es particularmente clave porque hay muchos católicos blancos en los estados del Cinturón del Óxido, como Wisconsin, Michigan y Pennsylvania, que Trump ganó por poco en 2016.

Puntualizó la publicación que aunque los católicos blancos se movieron firmemente en la columna republicana en la última década, son más moderados políticamente que los evangélicos blancos.

Estiman analistas que si la participación de los votantes resulta alta este año, su impacto podría diluirse. La realidad es que Trump podría ganar la misma alta proporción de blancos evangélicos protestantes que ganó en 2016, y aún así perder las elecciones, porque esa parte de la población está en declive.

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