Diego Otero Prada

De nuevo discusión sobre las cifras

Es muy claro que las cifras que da el ministerio de Salud no son en tiempo real, es decir, que llevan rezagos, puesto que hay diferencias entre la detección de los síntomas, la realización de las pruebas y la entrega de los resultados, diferencias pueden llevar hasta un período de 60 o más días. Esto es muy delicado porque se impide lo que llaman el cerco epidemiológico, o sea, detectar al infectado, aislarlo y hacer trazabilidad de sus contactos. Es tan grave porque esto impide controlar la pandemia. No basta con el uso de la mascarilla, el lavado frecuente de las manos, evitar conglomeración y la autodisciplina ciudadana si no hay testeos masivos y resultados en tiempo real.

    Dos trabajos, el realizado  Jorge Tovar de la Universidad de los Andes, “Covid-19 en Colombia: mirada a los datos #6”, del 14 de septiembre, y el escrito de Camilo Andrés Garzón en la Silla Vacía del 14 de septiembre, “Las demoras en las pruebas de Covid-19 ponen más duro el arranque del rastreo”, confirman lo que he venido informando sobre la confusión de las cifras del coronavirus, y lo que he venido diciendo, que el pico global y el de varios departamentos y Bogotá se dieron a finales de julio y en la primera semana de agosto.

    El artículo de Camilo Andrés Garzón muestra el desastre de las EPS en realizar las pruebas y la demora en entregar los resultados, que ha obligado a las personas que cuentan con recursos a realizarse las pruebas en laboratorios privados. Aquí se muestra la desidia del gobierno nacional en controlar y sancionar a las EPS.

El quiebre ya lleva un mes

El 16 de agosto se llegó al quiebre nacional según las cifras oficiales, y los casos acumulados vienen disminuyendo gradualmente de un promedio de 8490,2 casos diarios del 31 de agosto al 8 de septiembre a 7463,5 casos del 7 al 15 de septiembre, una reducción del 12,15%.

   Con estas cifras y las analizadas en los informes anteriores, ya se cumplen 30 días de disminuciones en el número de contagiados, lo que se observa muy bien en el gráfico 2.

    Otra forma de ver el cambio producido es cada cuando se duplica el total de contagiados. Hasta el 11 de agosto esto se producía cada 20-22 días, ahora, para el 15 de septiembre, ya van 35 días y no se ha dado la duplicación. Si el número de contagiados oscila en los próximos 10 días alrededor de 6000, la duplicación de los infectados se daría entre 45 y 50 días.

  Simultáneamente, y esto es lo más importantes, las muertes diarias vienen cayendo de niveles que se tenían de más 300 casos diarios a menos de 200 en los días 13, 14 y 15 de septiembre, lo que no ocurría desde el 15 de julio.

   Otro hecho importante, la tasa de recuperación sigue aumentando. Al 15 de septiembre era de 83,4%, valor bien notable.

   El punto negro son las pruebas que han disminuido de 40 000 diarias a cerca de 30 000, lo cual no es nada bueno porque tener testeos masivos es la mejor herramienta para combatir la pandemia y evitar rebrotes. Por lo menos ya debería haberse testeado el 10,0% de la población colombiana, o sea, cinco millones de personas, y apenas llegamos a   3 213 298 el 15 de septiembre, equivalente al 6,3% de la población.

Comparativos mundiales

A pesar de estos hechos positivos de control del coronavirus, las cifras de Colombia en casos, muertes y pruebas son de las peores de los 215 países y regiones de los cuales lleva contabilidad World.meters. info.

  Seguimos en el sexto lugar de más infectados, cerca de superar a Perú, y el 15 puesto por millón de habitantes. Somos el 11 en muertes y el 15 en muertes por millón de habitantes. Y en pruebas no pasamos del 6,3% de la población, cuando el óptimo es por lo menos el 10,0%, y estamos por debajo del promedio mundial

Análisis global

Los gráficos 1, 2 y 3 muestran la evolución de los casos acumulados y diarios y muertes diarias. Ahí se detecta claramente cómo se produjo el quiebre y la reducción constante de los indicadores, configurándose curvas en forma de una V invertida no simétrica, porque la parte descendente es una cola más larga que la ascendente, que significa que en la epidemia la parte creciente es más rápida en su tasa de crecimiento que la parte decreciente. En otras palabras, la reducción en casos y muertes diarias es un proceso lento que toma su buen tiempo para llegar a niveles bien bajos, de pocos casos y muertes diarias.

  En el gráfico 1 se tiene la curva de los casos acumulados en forma logarítmica. Claramente cambió la tendencia creciente de la primera etapa y ya observa el quiebre hacia una reducción en la tasa de crecimiento del total de infectados, que correlaciona con la evolución de los casos diarios, de las muertes y de los recuperados.

Gráfico 1 Evolución de los casos acumulados en forma

 logarítmica

En el gráfico 2 se muestra la evolución de los casos diarios. La línea azul se refiere a los casos diarios reportados por el INS y la anaranjada corresponde a un promedio de cada siete días, una técnica sencilla de suavizamiento para indicar mejor las tendencias.

 Gráfico 2 Evolución de los casos diarios en forma lineal y por suavizamiento de siete días

 Para los muertos diarios, en la gráfica 3 se presenta su dinámica, que muestra que la tendencia creciente se modificó a finales de julio, manteniéndose constante cuatro semanas, para darse la etapa de decrecimiento a partir del 28 de agosto.

Gráfico 3 Dinámica de las muertes diarias según datos reales y suavizamiento de siete días

Las grandes regiones tuvieron su quiebre

Clave en alcanzar el pico y su reducción ha sido el comportamiento de Bogotá, que de 4000 casos diarios ya bajó a menos de 2000. Igualmente, departamentos como Antioquia, Atlántico, Bolívar, Magdalena, Cundinamarca, Risaralda, Valle y Cundinamarca superaron el pico y están en la zona de reducciones, unos más rápidos que otros. Sobresalen Atlántico y Magdalena (Gráfico 4).

   Esto es muy diciente porque estas siete regiones explican casi el 73,0% de los casos acumulados. Como siempre, Bogotá define el avance del coronavirus, ya que representa el 34,0% de los contagiados.

Hay pequeños y medianos departamentos aún en crecimiento de los contagiados

Seis departamentos siguen en la etapa de crecimiento y no han llegado al pico. Ellos son Quindío, Caldas, Boyacá, Cesar, Arauca y Guaviare, un mejoramiento con relación al período del 31 de julio al 8 de septiembre en que se tenían tres departamentos más sin llegar al pico.

Gráfico 4 Dinámica del Covid-19 en ocho regiones según promedio de ocho días

Las grandes ciudades han mejorado notablemente

Bogotá, Cali y Medellín han superado los días difíciles. La evolución de estas tres ciudades es importante porque el 14 de septiembre explicaban el 47,1% del total de infectados por el Covid-19 en Colombia.

   Bogotá continuó la reducción de casos nuevos, bajando la barrera de 2000 en los días 13 a 15 de septiembre, llegando a un promedio móvil de siete días de 1907,7 casos en comparación con 2353,0 el 8 de septiembre. Las muertes se han reducido a menos de 50 y el porcentaje de recuperados llegó a 81,7% el 15 de septiembre. Ya van 27 días de disminución en los casos diarios desde el 19 de agosto, fecha del pico según las estadísticas oficiales del INS.

    Medellín llegó al pico el 31 de agosto con un promedio móvil de casos diarios de 894,7, que ha venido reduciéndose paulatinamente hasta llegar a 527,0 el 14 de septiembre. En cuanto a muertos diarios, el máximo ocurrió el 27 de agosto con un promedio móvil de 24,7, que se ha reducido aceleradamente a 11,7 el 14 de septiembre.

  En relación con Cali, el pico se produjo el 15 de agosto con un promedio móvil de 714 casos diarios que bajó a 365,3 el 14 de septiembre. Con respecto a los muertos diarios, el pico ocurrió el 7 de agosto con 24,1 casos, que bajó a 14,1 el 14 de septiembre.

Conclusiones

Colombia ya superó este primer brote que requirió entre cuatro meses y medio y cinco para alcanzar el quiebre. Según las estadísticas oficiales, el pico se obtuvo el 16 de agosto. Al tener rezagos en cuenta, este se produjo a finales de julio o comienzos de agosto. Falta un estudio que determine el promedio de demora entre la iniciación de los síntomas y la entrega de los resultados de las pruebas, para definir el rezago. Pero esto no debe ser inferior a diez días, de ahí que afirmamos que el pico se dio antes del 16 de agosto, probablemente en la última semana de julio.

    En otras palabras, cuando ya se había llegado al pico, las autoridades locales y nacionales enviaban mensajes apocalípticos. Ni siquiera eran capaces de leer bien las estadísticas oficiales, que ellos mismos confeccionan. Es verdaderamente una muestra de ineptitud total. Y con base en estas informaciones mal presentadas toman decisiones. El poder, esa bestia maravillosa, como dice Foucault, es racional para dominar, controlar y vigilar, pero también es irracional en tomar medidas. No es tan fuerte como parece, es débil, no hay que temerle, se le puede derrotar

  No hubo colapso del sistema sanitario, no hubo meses de julio, agosto y septiembre terribles como anunciaban los amigos del desastre para justificar restricciones, dictaduras y represiones. Todas sus proyecciones siempre han fallado como las que ahora hacen de que en noviembre tendremos un rebrote de altas proporciones que va a superar la capacidad sanitaria. Como siempre, fallarán, pero habrán logrado su propósito de asustar a los ciudadanos y dar justificaciones al poder para mantener sus medidas autoritarias y que la policía siga cometiendo desmanes.

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