Diego Otero Prada

@DiegoOteroP

Se habla mucho de los problemas que ha traído el coronavirus a la economía colombiana y que la respuesta del gobierno ha sido tímida para atender a los ciudadanos en sus necesidades de ingresos.

    No hay claridad en las cifras del gobierno, pero los datos disponibles permiten afirmar que la ayuda a las personas no pasa del 4,0% del PIB, a diferencia de otros países con participaciones hasta del 10,0%.

    El gobierno se ha planteado tres objetivos para enfrentar la crisis del Covid-19: i) el fortalecimiento del sistema de salud; ii) ayuda a la población social en condición vulnerable y iii) la protección del empleo y mitigación de la afectación sobre el aparato productivo. Todos son tres objetivos loables que nadie puede negar, pero su implementación es otro asunto.

    Es decir, en las ayudas se ha concentrado en lo que llama las personas vulnerables, que no pasan según los datos de 2,5 millones de personas, fundamentalmente de los estratos 1 y 2. Se le olvida que buena parte de los que pertenecen a los estratos tres cuatro están en condiciones muy difíciles. En realidad, se ha abandonado a la clase media que está concentrada en los estratos 3 y 4 y que son por lo menos unos 12 millones de personas.

   Otra clasificación muy útil es la de trabajar con deciles. En esta forma, se considera que los primeros cuatro deciles forman parte de las personas más pobres, los siguientes cinco deciles la clase media y el decil 10 las personas pudientes. Bajo esta clasificación, las ayudas deberían ir, por lo menos a los primeros cuatro deciles. En Colombia las ayudas se han concentrado en el primer decil.

  La pregunta que se hace es donde saldrían los recursos para atender a más ciudadanos.

  El gobierno se aferra todavía a posiciones ortodoxas. En los documentos del Ministerio de Hacienda siempre se habla de la regla fiscal, considerando que los déficits para 2019 y 2010 del Gobierno Nacional Central de 8,1% y 6,3% son excepcionales y que hay volver a su cumplimiento. Igualmente, en lo que tiene que ver con el endeudamiento se muestra muy receloso.  La posición del gobierno es muy ortodoxa y no quiere ir más allá para defender los ingresos de los hogares. El asunto es que ya vamos para cuatro meses de pandemia y de crisis económica y no ha hecho ni va a hacer nada adicional el gobierno.

     Por ejemplo, se ha planteado una renta o ingreso básico y la respuesta es claramente negativa. Esto no entra dentro de las políticas de un gobierno tan ortodoxo como el colombiano. Mientras tanto, hay millones de colombianos que vieron caer sus ingresos casi en cien por ciento.

  Las medidas disponibles son pocas en realidad. Estas se remiten a las siguientes:

  1. Emisión primaria
  2. Mayor déficit fiscal
  3. Préstamos del Banco de La República a 50 años con tasas de interés cero.
  4. Acabar con exenciones que han sido aprobadas por las diversas reformas tributarias y que equivalen a 3,0% del PIB.
  5. Aumentar o hacer realidad el impuesto predial para las zonas rurales
  6. Una reforma tributaria para definir impuestos más progresivos para las personas y las entidades jurídicas, que se paguen efectivamente.
  7. Reducción de gastos, por ejemplo, militares.
  8. Restructurar las deuda interna y externa, que sé que es tabú en nuestras autoridades neoliberales.

El tema de los impuestos es fundamental, ya que la carga tributaria en Colombia es baja, un 15,0% del PIB, lo que imposibilita cualquier política de gasto público. Es necesario llegar a un 20,0%, lo que daría 53 billones de pesos por año a valores corrientes de 2019 del PIB, recursos con los cuales se pueden hacer muchas cosas.

   Las exenciones, la mayoría, son innecesarias. Si se disminuyeran a la mitad, o sea a 1,5% del PIB, aquí se tendrían 15 billones de pesos.

  Para el corto plazo, las únicas medidas posibles son la emisión primaria, préstamos del Banco de la República y endeudamiento privado.

   Infortunadamente, el daño ya está hecho, a menos que se considerara dar retrospectivamente un auxilio, como se ha propuesto, por tres meses, de 500 000 pesos mensuales, para un total de 15 billones. Esto equivale a aumentar el déficit fiscal en 1,5 puntos.

    Igualmente, pasar de un endeudamiento por encima del 60% da todo el margen que se quiera para apoyar no solamente a los vulnerables sino a la clase media.

  Es decir, medidas para buscar recursos hay más que suficientes, lo que falta es voluntad y quitarse los dogmas neoliberales.

  Se observa que el gobierno se ha centrado para recuperar la economía en el lado de la oferta, de ahí que todas las políticas crediticias van en el sentido de que las empresas tengan liquidez. Pero falta mirar el lado de la demanda y, especialmente, un sentido de equidad con millones de colombianos vulnerables y de la clase media que han caído en situaciones de vida muy difíciles.

  En una reciente entrevista el premio Nóbel Stiglitz decía: “Sin embargo, en los Estados Unidos y en otros países, las objeciones conservadoras a aumentar los déficits y los niveles de deuda se enfrentan a la necesidad de estímulos fiscales. Con seguridad, las mismas personas estuvieron más felices de cortar los impuestos para los billonarios y las corporaciones en 2017 y, rescatar a Wall Street en 2008 y dar una mano a las corporaciones gigantes este año. Pero otra cosa es extender el seguro de desempleo, mejorar la salud y dar apoyo adicional a los vulnerables”.  Esta frase se puede aplicar completamente a Colombia.

   Soy muy pesimista, este es un gobierno reaccionario y de extremismo económico ortodoxo, que solamente piensa es sus patrocinadores.

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