Diego Otero Prada

Ya lo he mencionado, tratar una epidemia y hacer predicciones es una tarea compleja. El primer problema es considerar como homogénea a la población y a las regiones.

  De ahí que los análisis globales de un país llevan a muchos sesgos y equivocaciones en las decisiones políticas. Es lo que está ocurriendo en Colombia con las cifras de infectados por el coronavirus.

   He venido analizando desde el comienzo la evolución de la pandemia en el mundo, por países y regiones. Y a Colombia, como un caso especial, para estudiarla más detenidamente. Hasta ahora mis análisis han considerado a Colombia como un todo homogéneo.

    Hasta el 21 de abril, mis estudios y proyecciones mostraban que la situación estaba mejorando y que no nos demoraríamos en llegar a un pico de nuevos casos. Pero todo se modificó a partir del 21 de abril y las proyecciones cambiaron de signo. He presentado en estos días predicciones con seis modelos que me mostraban que se continuaría con una curva ascendente de contagiados, hasta llegar a casi 10 000 el 15 de mayo.

¿Qué sucedió? Simplemente que, en dos departamentos, Meta y Amazonas, los casos de coronavirus se dispararon entre el 20 y el 28 de abril, dando trasto a todo tipo de proyecciones. Si se mira cuidadosamente, vemos que son dos casos especiales.

Amazonas es un departamento alejado del interior, aislado, que en esta crisis ha mostrado un sistema de salud inexistente, producto de la corrupción y de las políticas de los gobiernos, de considerar a la salud como un asunto privado, en que el estado no debe intervenir, y mírense las consecuencias, el virus se disparó por esta desidia y corrupción de los administradores. Es una situación explosiva en que el gobierno ha mostrado inoperancia.

   El otro caso es el del Meta, en que también el coronavirus ha tenido una propagación rápida del 20 al 28 de abril, concentrado en la población carcelaria. Es otro ejemplo de la ineficiencia del estado en el mantenimiento de un sistema penitenciario en pésimas condiciones. Allí se está produciendo un genocidio y es otra prueba de la irresponsabilidad de la actual ministra de Justicia y del gobierno en general. Es una situación muy grave que va a empeorar más si no se entra inmediatamente a solucionarla. Pero es una advertencia de lo que puede venir en las otras cárceles del país. Entonces, lo que ocurre en el Meta es una situación especial que sesga el análisis del Covid 19 al mirar el país globalmente.

  En esta forma si se separan las cifras del Meta y Amazonas de los totales nacionales del Covid 19 el análisis cambia.

En el cuadro 1 se presentan (más adelante) las cifras de los casos del Covid 19 en el Meta, Amazonas y el país.  En el departamento de Amazonas no se presentó ningún   caso del Covid 19 del 6 de marzo al 16 de abril. Al 21 de abril ya se tenían seis contagiados, pero a partir de esta fecha se dispararon hasta llegar a 77 el 28 de abril.

En el Meta, del 6 al 12 de marzo no hubo infectados. Al 31 de marzo ya se tenían 11 casos, que aumentaron continuamente hasta que comenzaron a acelerarse después del 10 de abril. Ya en el 21 de abril habían crecido a 60 contagiados, y de este día en adelante las cifras se aceleran para llegar a 355 el 28 de abril, día en que se incrementaron en 107 casos.

    Al excluir los datos de Amazonas y el Meta del total nacional, en el cuadro se ve claramente como los promedios de nuevos casos a nivel nacional bajan a menos de 200, con solamente un salto a 292 infectados el 24 de abril y el 27 y 28 a 202 y 209  respectivamente, pero ya no hay ningún día con más de 300 casos nuevos.

    Las consecuencias para el análisis del Covid 19 en Colombia cambian. Las curvas de contagiados, nuevos casos y muertes se modifican y la situación se ve mucho mejor que al considerar las cifras del Meta y Amazonas dentro del total nacional.

   No obstante, los ejemplos del Meta y Amazonas son preocupantes, porque indican que un mal manejo de situaciones específicas conduce a un empeoramiento del Covid 19 en Colombia. Hay que prestarles suma atención a las cárceles y a situaciones específicas como la de Amazonas, que pueden repetirse en otras regiones del país como Chocó, por ejemplo.

   Todo esto muestra la falla de los gobiernos al abandonar la salud pública y confiar todo en el sector privado. Es una muestra de la desidia de los gobiernos neoliberales de trata la salud como una mercancía objeto de análisis de beneficio costo, de introducir en la salud pública un criterio de análisis privado, que obliga a los hospitales a ser rentables o si no los cierran. Es el absurdo de la ley 100 y del modelo neoliberal que hay cambiarlo total y rápidamente por los desastres que ha causado en la salud, la educación y en todo lo que tiene que ver con lo social.

Cuadro 1 El Covid en los departamentos de Amazonas y el Meta

@DiegoOteroP