En EEUU, primera potencia económica del mundo, «la mayoría de los servicios sanitarios son privados. Casi 30 millones de estadounidenses no tienen ninguna cobertura sanitaria y otros 27 millones tienen una cobertura muy insuficiente. Como resultado del escaso desarrollo del sector público, EEUU es uno de los países con un número más bajo de camas hospitalarias por cada mil habitantes en la OCDE (el grupo de países más desarrollados del mundo capitalista), con lo que tiene un problema gravísimo para poder atender a la población» en esta pandemia.
«En el artículo We need strong public health care to contain the global corona pandemic, escrito por Wim De Ceukelaire y Chiara Bodini, que pronto se publicará en la International Journal of Health Services, se señala que la privatización de los servicios que ha tenido lugar en muchos países europeos, como en Italia, junto con los recortes del gasto público sanitario, han dificultado la pronta resolución de la pandemia, convirtiéndose el caso italiano en el mejor ejemplo europeo de colapso del sistema sanitario«, sentencia Navarro.
En conversación con Público, Navarro subraya que «la pandemia ha demostrado el enorme fracaso que ha significado el neoliberalismo, pues su intervención en la gestión de la Sanidad ha debilitado notablemente la capacidad de respuesta frente a una tragedia sanitaria de la magnitud actual. Y ahora tienen el enorme cinismo de pedir más recursos quienes fueron precisamente los que los recortaron».
Como afirma el portavoz de Juezas y Jueces para la Democracia, Joaquim Bosch: «Estamos asistiendo al hundimiento moral de quienes han erosionado al Estado Social. La mercantilización de ancianos en residencias, los favores a la sanidad privada para hacer negocio, los recortes injustos a la sanidad pública. Es la crisis del capitalismo de amiguetes».