El canciller saliente Rodolfo Nin Novoa consideró que el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, no cumplió el rol que le corresponde a un secretario general de una organización como la OEA.

A criterio de Nin Novoa, Almagro se volvió «monotemático y casi obsesivo» con Venezuela y nunca observó la situación de otros países como Haití, Nicaragua, Honduras o El Salvador», donde también pasaron cosas muy graves.

El canciller de Tabaré Vázquez señaló que Uruguay queda muy bien parado en el contexto internacional «no por el mérito del Ministerio de Relaciones Exteriores, sino por un proceso político que incluye a varios actores de la vida nacional».

¿Uruguay se ganó un prestigio internacional?

Cuando nosotros integramos el Consejo Permanente de Seguridad en 2016 y en 2017, Uruguay afianzó su prestigio, que hay que reconocer que viene de mucho tiempo atrás. Las políticas de no intervención, de la búsqueda de la solución pacífica de las controversias, de la apuesta al diálogo y al entendimiento, son políticas clásicas del Uruguay.

Fuimos electos por segunda vez por el consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, y eso también es una distinción muy valiosa porque el Uruguay es una voz sensata, seria, todo eso se comprende en políticas de Derechos Humanos. Uruguay ha quedado bien posicionado, cuando vemos los logros realmente sentimos que el proceso fue muy satisfactorio.

¿Puede haber ahora un giro de 180 grados en la política exterior?

No son tantos los cambios, lo más notorio va a ser la postura frente a Venezuela, ya que no se va a buscar más el entendimiento y el diálogo, se va a optar por una política más confrontativa que no sé qué resultados va a tener, porque el grupo de Lima no ha tenido ningún resultado positivo. Nosotros hemos tenido pocos, pero los otros no han tenido ninguno, porque el único objetivo es derrocar a un presidente. En Venezuela hubo 20 elecciones y el oficialismo ganó 19 en estos últimos años.

No aplaudo al gobierno de Maduro porque tiene muchas falencias, sobre todo en el aspecto del tema de los Derechos Humanos. Hay que recordar que Uruguay suspendió a Venezuela del Mercosur, justamente por la aplicación de la cláusula democrática, por entender que en ese país estaban violentando algunos conceptos democráticos básicos como la separación de poderes.

Sin embargo se habla de una cruel dictadura

Los que vivimos la dictadura sabemos lo que es. Si en Venezuela hubo una dictadura del estilo uruguayo, le aseguro que el señor Guaidó no andaba por el país incitando al desorden, estaría preso, como estuvo preso Seregni o Ferreira.

¿Le llamó la atención que se haya invitado a Cuba a la asunción de mando?

Con Cuba llama realmente la atención, Cuba tiene importancia económica para el país, sobre todo con algunos sectores de la producción nacional. Es un fuerte importador de alimentos, básicamente de arroz, y en una situación como la que están viviendo los arroceros, tener activo ese mercado siempre ayuda. Después hay una cuestión de solidaridad, por todas las cosas que hicieron los cubanos aquí en materia de salud, la Operación Milagro, las 90,000 operaciones que devolvieron la vista a muchos compatriotas. Por todo ello es una descortesía innecesaria, que va a tener consecuencias. Tanto que se habló de que no había que ideologizar las relaciones internacionales.

¿Qué va a pasar con el Mercosur?

Siempre hay algún gobierno que contrabalancea las tendencias mayoritarias, y como las cosas hay que hacerlas por consenso, y todos tienen que ponerse de acuerdo, no va a haber muchos cambios.

Nosotros logramos avances muy importantes, aún con gobiernos de ideología distinta en materia de comercio y de tratados internacionales. Lo mismo en la apertura de mercados y en mejorar las condiciones para que el Mercosur accediera a algunos países. Pese a todas las diferencias, gobiernos como el de Temer, el de Macri, el de Cartes, conjuntamente con nuestro gobierno, nos pusimos de acuerdo en darle un impulso a la agenda externa del Mercosur y lo logramos. Hay dos acuerdos importantísimos cerrados, uno con la Unión Europea y el otro con el EFTA, que han sido logros muy importantes. Eso fue gracias a que se dejaron de lado las diferencias ideológicas.

También logramos bajar una cantidad de medidas arancelarias que permitieron dar un mejor funcionamiento del comercio.

Una presencia que para el Frente Amplio va a ser muy política será la del secretario de la OEA.

La gran discrepancia que tenemos con Almagro es fundamentalmente en cuanto al rol que tiene que cumplir un secretario general de una organización como la OEA.

Cuando uno se vuelve monotemático, casi obsesivo con un país y vive encontrando todos sus defectos, se está haciendo poco por lo que pasa en otros países como Haití, Nicaragua, Honduras o El Salvador. El secretario general marca un sesgo importante en la ecuanimidad que tiene que tener, en la imparcialidad que debe tener, para tratar de solucionar los problemas.

¿Cree que en algún momento caerá la ficha en Uruguay para entender los logros de estos últimos años?

Creo que ya ha comenzado a caer la ficha de lo bueno que ha pasado en Uruguay en estos últimos años, también les va a caer muy pronto, a los que todavía no les ha caído.

Hemos andado por el mundo en varios tipos de reuniones, hemos visto la convocatoria que tiene el presidente Vázquez en Naciones Unidas por ejemplo, los temas que ha planteado el presidente Vázquez han tenido concurrencia de más de 100 países, sobre todo los temas vinculados a la salud. El juicio con Philip Morris fue trascendente en políticas de salud y de salud ambiental, y demostró que con argumentos y con razones se pueden enfrentar a las grandes corporaciones internacionales, que lo que hacen es lucrar poniendo en riesgo la salud de las personas.

La República