La oposición venezolana afirmó que se trata de una nueva persecución enmarcada en la próxima fecha clave: el 5 de enero. 

Desde Caracas

La calma de estas fiestas de fin de año en Venezuela esconde tormentas bajo el mar. Una de ellas ha sido develada este fin de semana por el gobierno nacional que anunció haber desmantelado un plan de acciones violentas que iba a comenzar el día domingo con el asalto a dos cuarteles en la provincial de Sucre, en el oriente caribeño del país.

 “El ministro Jorge Rodríguez mostró una parte de los testimonios y pruebas que tenemos de una conspiración que pretendía activarse para atacar varios cuarteles del ejército bolivariano y de la guardia nacional bolivariana en varias ciudades del país para provocar un baño de sangre militar, popular, para ensombrecer y bañar de sangre las navidades”, dijo el presidente Nicolás Maduro.

Maduro, quien habló desde la Asamblea Nacional Constituyente en el aniversario de los 20 años de la Constitución de la República, afirmó que los autores intelectuales del plan, en el ámbito nacional, fueron Leopoldo López y Juan Guaidó, ambos del partido Voluntad Popular.

Rodríguez había indicado en su alocución, que esos dos ataques en Sucre iban a producirse junto con acciones en las provincias de Barinas, Zulia, Táchira, Aragua, y en la ciudad de Caracas. El plan, la parte develada, abarcada entonces la frontera con Colombia, parte del llano, y el oriente, en una acción de pinza sobre la capital.

“Como no contaban con fuerza militar, la intención era sembrar un expediente tipo Bolivia, es decir que hubiera ‘alzamientos policiales’ que generaran escaramuzas, asaltos, ataques, un baño de sangre”, indicó el ministro de Comunicación.

Los objetivos perseguidos eran varios, según informó: “acabar con la navidad venezolana, tapar los actos de corrupción de la Asamblea Nacional (AN), tratar de levantar de algún modo frente a sus dueños la imagen de Juan Guaidó que, por más que hagan declaraciones, está muy decaída la imagen que tiene la administración Trump sobre Guaidó”.

El plan involucraba a dos diputados de la AN, la diputada suplente Yanet Fermín y Fernando Orozco, contra quienes fueron emitidas órdenes de captura por fiscalía y tribunales el día viernes.

Maduro informó al respecto que la tarde del viernes, al llegar a La Habana para la cumbre del ALBA-TCP, el vicecanciller venezolano, Carlos Ron, recibió un llamado de James Story, encargado de la embajada de Estados Unidos en Venezuela situada en Bogotá, para preguntar sobre la situación de Yanet Fermín ante su posible detención.

La información brindada por Rodríguez y detallada por Maduro fue desestimada por la oposición, que señaló las acusaciones de falsas y afirmó que se trata de una nueva persecución enmarcada en la próxima fecha clave: el 5 de enero.

Ese día es que cuando debe asumir un nuevo presidente de la AN, algo que ha desatado una pelea intestina en el seno de la derecha, una tormenta que ha salido a la luz, en parte, por los nuevos escándalos de corrupción en la oposición. La pregunta es: ¿seguirá Guaidó al frente del órgano legislativo o será desplazado por otro sector?

Se trata de un asunto con múltiples repercusiones, tanto en el ámbito nacional como internacional. Las numerosas declaraciones de voceros de la administración de Donald Trump así lo han dejado en claro, aunque con mensajes cruzados que anticipan que los escenarios están abiertos.

En efecto, en un hilo de declaraciones que abarca a Michael Kozak, Mike Pompeo, Elliot Abrams, han afirmado que el apoyo siempre ha sido al presidente de la AN -a quien reconocen como presidente encargado de Venezuela- y no a Guaidó como persona, pero que el respaldo a Guaidó se ha mantenido firme hasta la fecha.

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Las diferentes declaraciones fueron dadas dentro del marco de los escándalos de corrupción de la oposición en la AN, la disputa por el 5 de enero, y dentro de la noticia que trascendió vía el portal Bloomberg que afirmó que la administración Trump descreía de las capacidades de Guaidó.

El resultado del 5 de enero es clave para Estados Unidos: una derrota de Guaidó sería un reconocimiento de la incapacidad de haber logrado su objetivo, aún con todo el respaldo diplomático y financiero que le fue dado.

En cuanto a las implicancias dentro de la oposición nacional son varias. Una de ellas, central, es saber si el escenario de elecciones legislativas que tendrán lugar en el 2020 será aceptado por una mayoría o será saboteado por los sectores que únicamente apuestan a la salida violenta. ¿La posición norteamericana aceptará elecciones legislativas? Las declaraciones dejan ver que no, y su apuesta seguirá la salida vía gobierno paralelo y acciones de fuerza encubiertas.

Maduro afirmó que es necesario dar pasos de avance en uno de los temas claves para esas elecciones, como es la conformación del Consejo Nacional Electoral: “que la Mesa Nacional de Diálogo -donde participa un sector de la oposición- y la comisión preliminar de la AN en desacato, toda la oposición y todo el bolivarianismo, saquemos una fórmula de consenso para un nuevo Consejo Nacional Electoral”.

Fin de año se anuncia con calma en la superficie y con tormentas que pueden emerger en cualquier momento. Por el momento se ha evitado una, que no se detendrá en su intento. El próximo momento clave será inicio de enero. Mientras tanto, en una situación compleja, se preparan cenas de navidad con dólares o ayudas del gobierno que vende el tradicional pernil de fin de año subsidiado en diferentes barrios.

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