Diego Otero Prada

MIGAJAS PARA LOS POBRES Y REGALOS FASTUOSOS PARA LOS RICOS

Como se esperaba, el gobierno logró comprar a los parlamentarios de Cambio Radical y del Partido de la U. En esta forma, el día 20 de diciembre de 2019 se aprobó la mal llamada Ley de Crecimiento.

Esta ley tributaria, porque así es como debe llamarse, es una colcha de retazos, propia de un gobierno inepto y de unos parlamentarios irresponsables. Pero en esto también son responsables los medios de comunicación y los gremios económicos, que le hicieron todo tipo de propaganda. Decían que si no se aprobaba la ley sería el desastre para el país. En mi opinión es un desastre, más bien, su aprobación.

Detrás de esta ley hay toda una estrategia falsa, de fake news, en el sentido que el gobierno y sus acólitos decían que con esta ley se va a fomentar el crecimiento económico. Era la forma de justificar los enormes regalos a las grandes empresas y a los ricos.

El sebo fue la de incluir unos artículos para exceptuar del IVA a estratos bajos, que no se sabe como se va a implementar, bajar los aportes para salud de los pensionados hasta un salario mínimo, un pedido de los manifestantes, y el famoso IVA descontado durante tres días al año para que compren más barato las clases media alta y alta. Nadie sabe cuánto van a costar estos supuestos beneficios, se habla de 3 billones.

Pero la continuación de los regalos para las grandes empresas superará en el primer año los 9 billones de pesos, adicional a lo que ya tienen de exenciones.

El argumento, simplemente es, que si las empresas pagan menos impuestos van a invertir, y en esta forma aumentará el empleo. Esto es una falacia, ya sabe teóricamente y por los estudios, que lo que promueve la inversión es la demanda. Nadie invierte si no hay inversión. Y la inversión no es solamente función de mayores ganancias, sino de demanda agregada, es decir de demanda interna y por exportaciones. Y la demanda interna viene dada por el gasto privado y del gobierno. Y si falla la demanda privada, el gobierno debe aumentar el gasto.

Interesante, un periodista no economista, Antonio Caballero, que escribe en Semana del 22 de diciembre al 5 de enero de 2020, tiene esto muy claro. En su columna dice “Es evidente, y ha sido demostrado en la práctica aquí y en 20 países más, que ningún empresario crea un solo empleo si su empresa no lo necesita, simplemente por el estímulo de que le vaya a salir barato.” Es una afirmación que concretiza argumentos sofisticados de los keynesianos y postkeynesianos.

El argumento de Carrasquilla y sus seguidores en los gremios es que al bajar los impuestos se incentiva la producción, es decir, aumenta el PIB, crecen los impuestos y el empleo. Todas las estimaciones de la economía para 2020 y 2021 hablan de previsiones de crecimiento alrededor de 3,0%, lo que significa que habrá reducción en los ingresos para el gobierno por la caída en los impuestos y que el empleo no cederá.

Las previsiones según el modelo macroeconómico Avanzar que he desarrollado, van en este sentido, apenas proyectamos un crecimiento de 3,3% para 2020. Esta es una cifra muy regular, diferente a lo opinan el gobierno, los gremios y los economistas ortodoxos. Decir que estamos bien porque los demás están peor es bastante ridículo cuando requerimos crecer mucho más rápido, por encima del 5,0%. Definitivamente, si no cambiamos el modelo neoliberal no hay nada que hacer para incrementar el empleo y mejorar más rápidamente los indicadores sociales.

Pero nuestros neoliberales pusieron una camisa de fuerza al gobierno con su ley de la regla fiscal, según la cual el déficit debe bajar a cero por ciento. Esto, ante escasez de recursos por impuestos, impide tener una política de reactivación pública.

Diferentes estudios muestran que las empresas no pagan impuestos como sería si se aplicaran exactamente las leyes tributarias. Se muestra que las tasas de impuesto real no llegan a más de 10,0%. Entonces, no tiene sentido más reducción ni aumento de beneficios. Lo que hay que hacer es establecer una política para que paguen los impuestos de acuerdo con las normas tributarios, así se tendría todo el dinero del mundo para el gobierno para un gran plan de inversiones que reactivaría la demanda agregada.

Una de las solicitudes del Comité del Paro tiene mucha razonabilidad, como lo es la de llegar a un acuerdo de paz con el ELN por razones de bienestar y seguridad. Adicionalmente, y aquí está un punto importante que no se menciona, se podrían ir liberando recursos del presupuesto militar para inversión social y productiva. Colombia gasta más del 4,0% del PIB en gasto militar, entre los diez más altos del mundo, cuando el promedio latinoamericano está por debajo del 2,0% igual que en los países europeos. Esto es un drenaje de recursos inmenso. Si se llegara a un dos por ciento del PIB en el gasto militar esto significaría más de 20 millones de pesos ahorrados al año. Una cifra enorme. Por supuesto, esto se lograría lentamente, no de un día para otro, pero con el tiempo el beneficio para el país sería impresionante. Así que no es una locura esta solicitud del Comité del Paro como dicen los guerreristas abiertos y los solapados.

Hay que tener en cuenta para las elecciones de 2022 a los políticos que votaron por este esperpento de reforma tributaria para hacerles mala campaña. Y continuar las protestas en 2020 porque lo que han hecho el gobierno y los políticos es burlarse de la gente. Hay que castigarlos.

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