Por Florencia Barragan
Van 17 meses seguidos que los precios minoristas se mantienen en niveles elevados
Para encontrar niveles superiores, si no se cuentan los provocados por las megadevaluaciones de la era Macri, hay que remontarse a las hiperinflaciones previas a la convertibilidad. Los trucos de los empresarios y el efecto de las políticas macristas.
La inflación de junio volvió a quedar arriba del 2 por ciento por décimo séptimo mes consecutivo. La última vez que el índice de precios comenzó con 1 fue en enero de 2018. De ahí en más, la prometida desinflación nunca se produjo. El mes pasado, sin embargo, el dólar bajó 6 por ciento, las tarifas fueron congeladas hasta después de las elecciones, la economía se mantuvo en recesión y las ventas minoristas encadenaron 18 meses consecutivos, de acuerdo a la información de CAME. El 2,7 por ciento de suba de precios de junio sorprende en ese contexto. Dejó en evidencia que la aplicación de un severo ajuste fiscal y la contracción monetaria, con tasas de interés en el orden del 60 por ciento, no resultaron la solución que había anticipado el equipo económico. PáginaI12 consultó a representantes de sectores pymes para que explicaran las distintas variables que impactaron en sus costos y cuáles son los motivos que mantienen muy alta la inflación.
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“Por la caída en las ventas, el sector industrial achicó su margen de ganancias. Ante un impacto mínimo en el costo del producto, se traslada directamente a los precios”, explicó Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA). Los empresarios aseguran que los insumos importados, con listas en dólares, mantuvieron sus precios, a pesar de que el dólar bajó casi 6 por ciento en junio. En cambio, los insumos producidos localmente aumentaron sus precios. Rosato, dueño de una industria papelera y metalúrgica, precisó lo que pasa en este rubro: “Los productores de papel achicaron sus stocks ante la caída de la
actividad del último año. Entonces cuando les voy a comprar, lo poco que tienen lo venden a un mayor precio”.
Con dólar planchado y tarifas congeladas, hay otro factor clave que explica los aumentos: la especulación de los empresarios ante una inminente suba del dólar cuando termine el veranito financiero, que se prevé que sea después de las elecciones. En este sentido, Rosato detalló: “Todos sabemos bien que el tipo de cambio no es real, sino que está así por las elecciones. No hay previsibilidad de lo que pueda pasar de acá a tres meses, y los que venden a plazo tienen que cubrir esa expectativa porque venden sabiendo que cuando tengan que reponer, el dólar habrá aumentado, y por lo tanto, los costos también. Lo que hacen es cubrirse”.
Por su parte, Raúl Hutín, empresario textil y fabricante de telas, dijo que una de las razones por la que debieron aumentar los precios fue por la suba del costo logístico. Es que en junio los combustibles subieron un 1,5 por ciento, suba menor a la esperada porque el Gobierno retrasó la aplicación de un impuesto. “Mi fábrica está ubicada en Moreno y tengo 5 camiones que reparten todo el tiempo por el centro. Entre nafta y peaje pago una fortuna”, aseguró.
Si bien el Gobierno congeló las tarifas de gas y de luz, la última factura de electricidad que le llegó a Raúl Hutín fue por 3 millones de pesos. “Hace 4 años, la energía incidía en un 4 por ciento en los costos. Ahora incide en casi un 20 por ciento”, aseguró Hutín, quien además es secretario de la Central de Entidades Empresarias Nacionales (Ceen). En cuanto a los insumos, dijo que la mayoría se mantuvieron estables por tener precios en dólares, pero lo que registró una fuerte suba fue el cartón. “Las cartoneras se fundieron, y las pocas que quedaron vienen aumentando los precios un 10 por ciento mensual”, informó. Además, dijo que a medida que pasa el tiempo se vuelven menos competitivos porque están trabajando con un 45 por ciento de capacidad ociosa, por lo que los gastos fijos se dividen en menor cantidad de productos. Y las tasas de interés imposibilitan el acceso a créditos para financiar nuevas maquinarias.
Los costos financieros son otra de las razones que empujan a los precios. Ariel Aguilar, empresario de la industria del cuero, contó: “Cuando voy al banco porque necesito plata para pagar salarios, no cambio un cheque, lo reviento directamente. Descontar un cheque a 120 días hace que pierdas toda la rentabilidad. De 100 mil pesos, el banco te liquida 80 mil. Es muy caro darle plazo a los clientes, pero no te queda otra”. Desde el Gobierno aseguran que las tasas de interés seguirán altas hasta bajar la inflación y estabilizar la macroeconomía. “Hoy es más rentable poner la plata en el sistema financiero que comprar una máquina, contratar gente y ponerte a producir”, concluyó Aguilar.
En los costos de las empresas también impactaron los aumentos salariales acordados durante las últimas paritarias que fueron teniendo los distintos sectores laborales. En el sector de manufacturas de cuero, las paritarias de junio fueron del 12 por ciento. “Con eso se incrementa el costo de la mano de obra, pero hay que tener en cuenta que eso no representa más del 20 por ciento del costo final. El costo financiero es mucho mayor”, resaltó Aguilar.
Por último, más allá de que hubo casos en los que se no se registraron variaciones en la estructura de costos, hubo comercios que igual aumentaron sus precios. Así lo informó Germán Borrego, presidente de la Asociación de Comerciantes de la Avenida Nazca, quien explicó que buscan “recuperar la rentabilidad perdida en el último año, cuando los aumentos realizados por los comercios estuvieron por debajo de las subas de costos”. En este sentido, agregó que para tener liquidez, muchos comercios debieron vender la mercadería al costo.
